25 febrero, 2009

Antequera y Málaga de paradores


Lo que no viene en las guías

La escusa ha sido ver como se habían quedado los paradores de Antequera y el Málaga Golf después de la reforma, así es que el veintitrés de febrero del anárquico invierno del 2009 salimos hacia Antequera un espléndido y luminoso día. El trayecto es tranquilo, con las sempiternas rotondas en obras de Lucena y la inacabada autovía de Córdoba a Málaga, pero cuando uno va de buen rollito esas pequeñas molestias son pecata minuta. Al entrar en Antequera busco con la mirada la Peña de los Enamorados, pero el tráfico no me deja contemplarla hasta que aparco en la explanada que hay ante la recepción del parador.

Esta peña me hipnotiza, con la forma de la cara de un indio o narizotas tendido boca arriba y poseedora de una romántica historia de amor entre Tagzona, hija de un musulmán de Archidona, que liberó de la cárcel a su amor Tello, un joven cristiano de Antequera del que estaba enamorada.
Pero como en aquellos tiempos las parejas de distintas religiones no podían casarse, los amantes huyeron, refugiándose en lo más alto de la peña. Cuando se vieron acorralados por los guardias, ambos, cogidos de la mano, se arrojaron al vacío, y cuentan que en su base están enterrados.

El parador se ha quedado de dulce, hasta ha subido de categoría, ya es de cuatro estrellas, muy moderno y con mucho gusto.

Ha merecido la pena la reforma y ampliación.

Recomiendo al que visita por primera vez esta ciudad que vaya al Torcal, no quedará defraudado, pero al que va allí con frecuencia, como yo, seguro que se sorprenderá con la Antequera urbana que es una ciudad preciosa. A mi me encanta callejear por su centro, visitar sus iglesias y perder el tiempo en la terraza de un bar de los que hay en la Alameda de Andalucía. Recorremos esta calle con su continuación Infante Fernando y visitamos la iglesia de la Virgen de los Remedios, donde alguien, muy amable, nos ilumina el templo para que podamos verlo en su plenitud, el barroco explota aquí de forma fulgurante, sus paredes cubiertas de pinturas con motivos florales y el retablo principal que te deja perplejo. Sobre el camarín de la Virgen y a más de diez metros de altura hay un caballo a tamaño natural que parece saltar con medio cuerpo fuera del retablo. Subido al caballo, Santiago Apóstol que parece entregar a un fraile la imagen de la Virgen.

Al final de la calle está la iglesia de San Sebastián, donde, justo al entrar, nos topamos con la singular imagen del Señor de Mayor Dolor. Se trata de una imagen de un Cristo que está, literalmente a gatas. Se da la circunstancia de que esta imagen es la protagonista del Cartel de Semana Santa 2009.
Es agradable el paseo por el sol pero a la hora de sentarnos para tomar el aperitivo buscamos la sombra de un árbol. En la terraza que ocupa casi toda la acera frente al Galeón nos tomamos unas cañas con un queso cremoso y exquisito adornado con anchoas del Cantábríco. A pocos metros de allí, en la calle Cantareros 24, existe una estupenda Pastelería Cafeteria que se llama Marengo en donde se puede degustar el maravilloso Bienmesabe, dulce riquísimo y típico de Antequera.
No es de extrañar que se oiga a alguien decir " ...me voy a tomar unos churros a la fuerza..." y es que hay un bar churrería que se llama "A la fuerza", está a tope a todas horas, sus churros son muy buenos y los molletes con tos los avíos se sirven a todas horas. Uno de estos molletes con tomate triturado y aceite con jamón ibérico lo llaman Catalana, delicioso.
Desayunamos en el parador antes de salir para Málaga y en una media hora estamos instalándonos en una de las nuevas habitaciones del Málaga Golf. El día es primaveral y hay mucha gente jugando, atravesamos el campo de golf y salimos a la playa, el mar está como una piscina y pertrechados de sombreros paseamos por la orilla del Mediterraneo en dirección hacia Torremolinos. Hoy martes es día de pescado y nada nos impide desfrutar de una fritura de salmonetes, boquerones, acedías y las exquisitas puntillitas entre otras delicias, regadas con Rueda fresquito. si viviera en la costa solo comería pescado... ¿Que le voy a hacer?¡Me gusta tanto!
Por la tarde visitamos un mega centro comercial llamado Plaza Mayor que está a menos de un kilómetro del parador y notamos como empieza a refrescar, el tiempo se está preparando para mañana que no va a ser tan bueno, así es que al día siguiente volvemos directos a Alcaudete con el buen sabor de este miniviaje.