07 octubre, 2010

¿Te gusta... conducir?

Érase que se era, un señor que tenía un BMW.
Me dirán ustedes, ¡vaya novedad!
Pues sí, si tenemos en cuenta que dicho señor se llama Eutiquio, nombre raro donde los haya, que es madrileño, y que además cumple a rajatabla las normas de límites de velocidad que en las carreteras de Europa existen.
No me irán a decir que esto último no es también bastante raro.

Eutiquio es capaz de ir, conduciendo su BMW, durante un buen trecho de carretera, detrás de un Mercedes dominguero sin ceder a la tentación de adelantarlo. Si al final decide hacerlo, espera a tener visibilidad de sobra y cuando no existe el más mínimo peligro, es el momento que elige para hacerlo, dejando siempre el espacio suficiente para no agobiar al coche adelantado.
Es más, estoy casi seguro de que es uno de los pocos propietarios de BMW que cuando ver el anuncio televisivo de esta marca y escucha la frasecita..., ¿Te gusta conducir?, solo escucha eso y no lo interpreta como..., ¿Te gusta avasallar?
Si, si, Eutiquio, aunque circula con un BMW, es un impertérrito cumplidor de las normas de conducción y jamás se ha picado con nadie, ni ha puesto su coche a ciento treinta. Cuando va en caravana es frecuentemente adelantado por otros coches, pues como deja espacio de seguridad con el coche que lleva delante, los que vienen detrás de él aprovechan esa circunstancia para adelantarlo, siempre de forma peligrosa y avasalladora, por lo que si dura mucho la cola de coches, Eutiquio acaba al final de la misma, por esa manía que tiene de no ir besándole el culo al coche que lleva delante.

Cuando Eutiquio sale a la carretera, su objetivo primordial, no es adelantar a todo quisque, sino que se adecua a lo que el tráfico le ofrece y respeta a ultranza a los demás vehículos y las normas establecidas. Jamás ha pisado una linea continua, y no por no romperla, sino porque está prohibido.
Eutiquio no toca el claxon cuando se topa con un coche lento, se coloca detrás y espera el momento oportuno para adelantar. Y si no toca el claxon, mucho menos le hace ráfagas con la luz larga al coche que lleva delante. Eutiquio sabe que su derecho a circular es el mismo que el de los demás coches y que tener un BMW no es patente para tener ningún privilegio respecto a los otros vehículos.
No me negareis que Eutiquio es raro, raro como su propio nombre, raro por ser, además, un conductor madrileño, y raro por actuar como actúa siendo propietario de un BMW, que es signo de pertenecer a una casta de conductores especial, muy parecida a la de propietarios de una determinada gama de Seat León, o a los propietarios de unos pequeños Audi o los Volkswagen Golf.

Efectivamente Eutiquio es muy raro y gasta poca gasolina, jamás acelera el coche inútilmente, respeta los límites de velocidad y se alegra mucho cuando a la entrada de Madrid, ve parado, en un semáforo a su lado, a otro BMW que le adelantó a toda leche en Despeñaperros, sin visibilidad y con la continua, para, después de ir temerariamente todo el trayecto, ser alcanzado a la entrada de Madrid. Pero no se alegra por el mero hecho de haberlo alcanzado, sino por ver que no se la había pegado en el camino.
Eutiquio sabe que lo importante es llegar y que si llega un cuarto de hora antes..., ¿para qué? ¿para sentarse en una silla y fumarse un cigarro? o es que corría tanto que ¿iba a apagar un fuego?
Me cae bien Eutiquio, aunque sea un tipo tan raro y conduzca un BMW. Si alguna vez se percata de que un BMW va detrás suyo por la autovía y no le adelanta mientras va a ciento veinte..., seguro que es mi amigo Eutiquio.
Y yo me pregunto, ¿existirán más conductores de BMW como Eutiquio?, estoy seguro de que si, lo que ocurre es que yo no los conozco ni me he cruzado nunca con ellos por la carretera.