13 diciembre, 2011

Mi Carmen en 1968

Dibujo a mina de plomo sobre papel de libreta cuadriculada (1968)

30 octubre, 2011

10 agosto, 2011

Fantasía Calatrava


Mi nieto Mario

Montaje en Photoshop para cartel y portada de Sierra Ahíllos

31 mayo, 2011

La cita del T.A.C.

Una tarde, a finales del pasado mes de septiembre, salíamos mi Carmen y yo, de la consulta de oncología en Hospital de Jaén con una buena inyección de ánimo, sobre todo yo, y mientras subíamos la cuesta hacia la calle Ejercito Español me dijo mi querida esposa con una sonrisa.
- ¿Sabes lo que me apetece?..., pues irnos a un apartamento a la orilla del mar, así nos quitamos de los fríos que vienen..., compramos pescado fresco..., paseamos por la orilla del mar..., igual que hicimos el mes de Junio en Altea..., pero ahora me gustaría que fuésemos a Almería o a la costa de Granada.
- Pues claro que sí, lo que tú quieras, pero ¿no es mejor ir de hotel?
- No, no, apartamento, así hago yo la comi
da y comemos pescado todos los días.
- Pues ya ves..., por mí encantado, ya sabes que es lo que más me gusta...
Y así seguimos caminando hacia la Plaza de las Batallas, donde habíamos dejado aparcado el coche, hablando sobre los distintos destinos que podíamos elegir y proyectando nuestro día a día en la playa, incluso pensando en quedarnos un mes o más.
Pasada una semana, en los primeros días de octubre, me propuso mi Carmen volver a Jaén para hacer algunas compras y al mismo tiempo, pedir cita para el T.A.C., que le habían mandado que se hiciera para la próxima consulta de oncología en febrero de este año.
- …, así nos podremos ir tranquilos y cuando sea la fecha del T.A.C., volvemos a Jaén para hacérmelo...
Me pareció muy bien y lo hicimos de ese modo, diciéndonos la funcionaria que nos atendió que ya recibiríamos una comunicación por escrito con la fecha y la hora.

Pasó el mes de octubre y la carta del S.A.S. no vino, así es que a mediados de noviembre volvimos al mismo mostrador para ver si es que se había perdido la carta o qué.
- No, no se ha perdido, esperen ustedes que ya la recibirán.
Cuando intenté discutir que para dar una cita no hace falta tanta pamplina y que los enfermos no deben estar pendientes del correo en su casa, pues pueden desear viajar o ir a donde quieran, mi Carmen me pidió que no entrase en discusiones que a nada conducían y que al fin y al cabo ya se aproximaba la Navidad, que la pasarían nuestros hijos en Alcaudete, que disfrutaríamos de nuestro pequeño nieto en casa y que luego, después de Reyes, ya nos iríamos a la playa.
El día diez de enero volvimos al Hospital de Jaén, para reclamar la cita del T.A.C., y ocurrió lo mismo que en noviembre – Ya recibirán la carta en su domicilio - Mi indignación solo se vio frenada por el deseo de mi Carmen de no entrar en discusiones estériles, así es que nos volvimos a Alcaudete sin la deseada cita y sin la posibilidad de contratar ninguno de los apartamentos con los que habíamos contactado por internet.


En febrero, quince días antes de la consulta en oncología, volvimos al Hospital de Jaén para que mi Carmen se hiciese el análisis de sangre con los parámetros que le habían indicado y mientras ella esperaba que le hiciesen la extracción, me dirigí una vez más a reclamar la cita del T.A.C.
- Ya se le comunicará por escrito a su casa.
- Ni mucho menos,
- le contesté - esa cita me la llevo yo hoy de aquí ¿Donde está el jefe de este departamento?
- Está en una reunión y no vendrá en toda la mañana así es que...,
- Bueno pues entonces me va a indicar donde está el director del Hospital.

Indignado e impotente ante tanta incompetencia me dirigí a las dependencias donde están ubicados los despachos de dirección.

Tengo que hacer un inciso para significar la amplitud y el lujo de dichos despachos, ¡hasta los pasillos son bastante más anchos que los del resto del Hospital!..., mientras los enfermos se hacinan en pequeñas habitaciones, de tres en tres.

Fui atendido correctamente y una señorita, jefa de no se qué, me acompañó de nuevo a donde dan las citas para el T.A.C., donde la conseguí para el día siguiente por la mañana, incluso le dieron a mi Carmen ese brebaje que tenía que tomarse horas antes y que durante más de cuatro años habíamos tenido que comprar en la farmacia, porque la Seguridad Social no lo receta.
Pues bien, pasados unos días tuvimos que asistir a la consulta de oncología, que nos habían programado en septiembre pasado y..., ¿ a que no sabe el amable lector que es lo que ocurrió?, pues que nos informaron que el T.A.C., no estaba listo, pues hacía pocos días que lo habían hecho, así es que nos rogaron que volviésemos a consulta el día uno de marzo.
El veintiséis de febrero recibimos una carta en la que posponían la cita para el ocho de marzo y ese día, por fin, pudimos tener vía libre para irnos a la playa, después de haber pasado toda la temporada de frío en Alcaudete.
Mi Carmen, que sabía que su tiempo se reducía inexorablemente, cambió su deseo de apartamento por una semana de hotel en Almuñecar y lo más pronto que lo conseguimos fue para el veintidós de marzo, contratado en Viajes del Corte Inglés.

El domingo veinte, o sea dos días antes de irnos, tuvo mi Carmen un episodio muy doloroso que me obligó a llamar a urgencias de Alcaudete. Se presentaron de madrugada y no le suministraron ningún calmante …
- Porque eso puede enmascarar el diagnóstico - le contestaron cuando suplicó algo para soportar el dolor. La llevaron al C.H.A.R.E., de Alcaudete, donde le hicieron una radiografía y un análisis de sangre y, como siempre que hemos ido de urgencias a ese centro, nos dijeron que nos fuésemos al Hospital de Jaén en donde, después de hacerle un nuevo análisis de sangre, le inyectaron el calmante que tanto demandaba. A las dos horas nos dieron el alta y nos dijeron que nos podíamos marchar.
Llegamos el martes veintidós a Almuñecar y el veinticuatro la operaron de una gravísima peritonitis septicémica en el Hospital de Motril, lugar en donde murió el día siete de Abril.

Todo este relato es para denunciar públicamente el daño añadido a la propia enfermedad que descerebrados funcionarios de la sanidad pública pueden causar a los pacientes, que bastante tienen con lo que tienen. Funcionarios sanitarios, burócratas incompetentes que se dictan sus normas de actuación en función de sus intereses personales, despreciando por completo lo que pueda interesarle a los pacientes, sin pararse ni un momento a analizar que su puesto de trabajo existe solo en función de que existe la enfermedad y los enfermos.
Es de justicia sacar de este inmundo saco de arbitrariedad y negligencia al magnífico elenco de profesionales del Departamento de Oncología del Hospital de Jaén y a Arturo, ese maravilloso especialista de digestivo del que mi Carmen decía que era un ángel que nos habíamos encontrado en los pasillos del Hospital de Jaén.

08 mayo, 2011

La última hora de Amor

Son las siete y media de una calurosa tarde del último día del mes de marzo del dos mil once.
En la entrada de la U.C.I. del Hospital de Motril, nos afanamos unas cuantas personas, en colocarnos unos patucos de plástico y una bata de color verde para visitar a nuestros seres queridos que luchan por sobrevivir.
Entro lentamente en la estancia y busco a mi Carmen. En un espacio cercano a una ventana se encuentra la apar
atosa cama en la que yace dormitando levemente y con la respiración agitada.
Hace dos días que le quitaron los tubos del respirador y hoy han sustituido la mascarilla, que le aplastaba la nariz, por un tubito que le aporta oxígeno.
Toco suavemente su mano derecha y me abre los ojos, sus preciosos ojos, brillantes y hermosos.

Intenta decirme algo que me es imposible entender, los tubos del respirador le han debido hacer bastante daño en la garganta y la sonda nasogástrica no ayuda para que pueda hablar.
Consigo entender, a duras penas que me dice - No te vayas -

- No mi amor, no me voy, me quedo contigo todo el rato.

Le digo que no hable, que no se esfuerce, que si me ha de contestar que sí, que cierre los ojos y si me ha de decir que no, que los abra completamente.

- ¿Me quieres, mi vida? - y me cierra con fuerza los ojos.
Acaricio su mano hinchada, paso mis dedos por su mejilla arrebolada por un resto de fiebre y empiezo a hablarle de nuestro nieto, de cuando
lo tuvimos en casa a finales de Febrero, de su carita preciosa y de su sonrisa angelical.
Le digo que pronto se va a poner bien y que volveremos a casa, a nuestra salita en la que pasamos tantas horas juntos, viend
o esos programas de cocina que tanto le gustan.
Buscar
emos en internet esos lugares a los que viajar, llamaremos a los hoteles para concretar si hay habitación para cuando planifiquemos el viaje..., y ella me sonríe, con una risa preciosa y encantada.

- ¿Quieres que el próximo viaje sea al
mar? - y vuelve a cerrar los ojos con fuerza.
- ¿Sabes que he pensado? que nos vamos a ir a Almería, a la orilla de tu mar e iremos al mercado del pescado para que puedas hacer esos guisos tan ricos y por las tardes pasearemos por la orilla, junto a las olas, cogidos de la mano...
Que tienes que estrenar esa falda y esa chaqueta tan bonitas que te has hecho.
Sonríe e intenta hablar - No, no me digas nada, no te fuerces, ¿me entiendes lo que te digo? - y vuelve a cerrar los ojos con fuerza.

Beso su mano y acaricio su pelo desordenado.
Le hablo de nuestros hijos y se le ilumina el rostro. ¡Nuestros hijos!
el mayor tesoro que tenemos.
- Te acuerdas de la playa de las Canteras en Canarias, que Navidad más bonita con nuestros hijos ¿eh? - Vuelve a acentuar su sonrisa y me aprieta la mano. - Si claro, igual de bonita que
la de este año, que hemos estado con ellos en casa, el caso es estar juntos todos..., y con el pequeño Mario..., ¿Sabes qué? cuando te pasen a planta me traigo el ordenador y nos conectamos con ellos para ver al pequeñín...
-¡Que guapa estás!
- Me hace un gesto como diciendo..., si, claro, guapísima - De verdad que estas muy guapa y te quiero muchísimo Carmencica,
que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, que estás preciosa ¡leche! - Acentúa su sonrisa, esa risita preciosa, mientras vuelvo a acariciar sus mejillas.

Le hablo de Finisterre que tanta ilusión le hacía conocerlo, la playa de las Catedrales de Rib
adeo, la langosta que nos zampamos en Santiago, los paseos por la playa de Altea, el cabracho que nos comimos en la playa del Albir y la paella en la Pepica de la Malvarrosa, en Valencia... El rato pasa veloz, como si el tiempo no quisiese que siguiéramos juntos e inexorablemente recibo el anuncio de que he de abandonar el recinto, beso una y otra vez su mano y su frente y lentamente me alejo de su lado sin dejar de mirarla, mientra ella me hace un gesto de despedida con su mano hinchada.

A la salida y después de quitarme la bata verde, miro el reloj y son más de las ocho y media.

Al día siguiente otra peritonitis terrible la llevó de nuevo al quirófano y el día siete de Abril me dejó para siempre, después de haberme dado los cuarenta y cuatro años más felices de mi vida. Mujer maravillosa y preciosa, compañera ideal, buena y culta conversadora, fiel amiga, apasionada amante, madre amantísima y perfecta esposa..., si hubiese sido posible le habría dado la mitad de los días que me quedan por vivir para haberlos pasado con ella, juntos y de la mano, como me decía con gracia "Tú to pa mi y yo pa tí toa"

15 abril, 2011

CARMEN MALENO ARCOS, MI QUERIDA ESPOSA


El día 7 de abril, hace una semana, mi Carmen me dejó para siempre, junto al mar, en Motril, cerca del Mediterraneo que fue su cuna.

Una gran angustia me atenaza el pecho y la amargura se ha apoderado de mi garganta. Si el resto de las semanas que he de virvir, van a seguir siendo así, me va a ser muy dificil la existencia.

Agradezco a todos las muestras de condolencia.

Quienes tuvísteis la suerte de conocerla y tratarla sabéis que era un ángel.

Perdonad que no aparezca mucho por aquí...,


Un abrazo Eduardo

20 enero, 2011

Ojalá fuese cierto, Forges, que razón no te falta

A ver si se arrepienten también los creadores de:

Medio rural y marino,
Crecimiento sostenible,
Solución habitacional,
Todos/as, todos y todas,
La ciudadanía,
Compañer@s,
Conspiración judeo-masónica
Sin acritud,
Tolerancia cero,
Desdramatizar el tema,
Gobérnabilidaz,
Por consiguiente,
Crecimiento negativo,
El reto de la modernidad,
Reserva espiritual de occidente,
Estado Español,
Decisión autonómica,
Madriz,

Sólidaridaz,
La lengua del estado,
Tregua trampa,
La Cónstitucion.
Sin paliativos ni ambages,
Proceso alimentario,
En base a estos argumentos,
De interés general,
Talante,
Telebasura,
La pérfida Albión,
Deuda histórica,
De alguna manera,
..., y otras

Ya que luego vienen los imitadores que las repiten sin cesar y sin pudor.

06 enero, 2011

Para no ser pobre...,

Siempre que llega el 22 de Diciembre por la mañana, y pongo la radio o la tele para enterarme del sorteo de lotería en directo, me acuerdo de María Arcos.
Me acuerdo de ella constantemente, pero en estas ocasiones me viene a la memoria una escena que ocurrió, hace casi veinte años, en la cocina de mi casa de Jaén.
- Ojalá que nos toque la lotería.
- Y para qué quieres que te toque, Mami.
- Para no ser pobre.
No dijo para tener mucho dinero, ni para ser rica, dijo "para no ser pobre". Ella no sabía si sería bueno o no ser rico, lo que sabia perfectamente es lo que significa ser pobre..., y eso, quería dejar de serlo.
A ella, a María Arcos le debo muchas cosas y una de ellas es que supo inculcar a mis hijos ese concepto, entre otros muchos.
Una vez me dijo uno de mis hijos, cuando tenía aproximadamente nueve años - Pero.. papá ¿como vamos a ser pobres si tenemos dos teles?
Y le tuve que explicar que no éramos indigentes, pero pobres..., absolutamente.
María Arcos era la Mami, o sea mi suegra, y algún día tendré que escribir, largo y tendido, sobre esta persona extraordinaria.