23 agosto, 2012

Comida mediterránea (1)


Fideuá con calamaritos, almejas y gambas

Viviendo en la provincia de Jaén, una buena opción, con ciertas garantías para el pescado y el marisco, son el supermercado del Corte Inglés o uno de los múltiples Mercadona que hay a mi alcance. Como se puede suponer en Alcaudete también se obtienen estos productos, así es que cada cual lo comprará donde le parezca bien.
En esta ocasión le ha tocado a Mercadona de Alcalá la Real y después de comprar unos pocos calamaritos, unas gambas blancas y una bolsa de almejas, me he decidido a realizar un guiso marinero que no defrauda jamás, la Fideuá.

Ingredientes:
(4 personas):
250 gr. de almejas
250 gr. de gambas
250 gr. de calamaritos
150 gr. de fideos, especiales para fideuá
Aceite de oliva virgen Castillo de Alcaudete
1 frasquito de refrito de los que yo preparo
1 diente de ajo
Unas tiras de pimiento morrón asado
Colorante y 1 cucharadita de pimentón
Pimienta negra molida y sal
Un poco de tomillo
Una hoja de laurel
Un vasito de vino fino o blanco afrutado andaluz.
1 litro y ½ de agua de cocer las almejas y las cabezas de las gambas

Preparación :
Echamos las almejas en agua para que se le vaya toda la arenilla que puedan tener. Las enjuagamos un par de veces. Lavamos y escurrimos también las gambas.
Preparamos el tarro de sofrito que se hizo con cebolla, pimiento y tomate, y si no lo tenemos lo hacemos en el momento.
Ponemos en una cacerola un poco de aceite a calentar y en él sofreímos las cabezas de las gambas, para, a posteriori, añadirle un litro y ½ de agua y las almejas.
Colamos el caldo, desechando el poso de arenilla que pueda quedar y reservamos.
Desechamos las conchas de las almejas y reservamos.
Pelamos totalmente las gambas y reservamos.
En la cacerola donde vamos a hacer la fideuá, sofreímos en un poco de aceite virgen de oliva, el ajo picado finamente y le añadimos los calamaritos que habremos limpiado y preparado previamente.
Después añadimos el sofrito, la pimienta negra molida, un poco de sal, un poco de tomillo, el pimentón, el colorante y la hoja de laurel.
Rehogamos durante unos minutos los fideos, añadimos el vino y cuando evapore el alcohol le ponemos el caldo que habíamos reservado.
Cuando hayan pasado unos ocho minutos aproximadamente estarán los fideos casi listos al dente, entonces añadimos los tiras de morrón, las almejas sin conchas y las gambas reservadas.
Cocemos tres minutos más y dejamos reposar menos de cinco minutos y a comer.

19 agosto, 2012

Iscio de Baria, el templario

Comienzo del Capitulo I

¿Lo entenderá Dios nuestro Señor?


Mi nombre es Iscio de Baria (Vera de Almería) y soy caballero templario hasta que Dios me quiera llamar a su presencia. Cuando comienza este relato tengo 27 años y hace once años que entré a formar parte de la Orden del Temple, a finales de 1305 fui ordenado caballero y al año siguiente ya estaba al servicio directo del gran maestre Jacques de Molay.
A la hora de Laudes del día del Señor 12 de marzo de 1314, rememoro la jornada anterior que ha sido muy intensa y horrible. Mi maestre y mentor ha muerto achicharrado en la hoguera que se instaló frente a Notre Dame, en la isla de los Judíos, después del larguísimo cautiverio al que ha sido sometido y haber soportado todo tipo de torturas y los más horribles sufrimientos. Antes de morir se dirigió al pueblo de Paris para desmentir todas las acusaciones que se había visto obligado a aceptar como verdaderas bajo el potro de la tortura, proclamó con voz serena y potente la inocencia del Temple y maldijo al rey Felipe IV y al papa Clemente V, emplazándolos a Juicio Divino.


Desde el quemadero y con los ojos anegados en lágrimas partí hacia el convento de Saint Jacques para cambiar mi hábito de dominico, con el que vestí los últimos años, por el sayal de franciscano con los emblemas de peregrino de Santiago, recogí mis pertenencias y abandoné Paris para cumplir una primera e importante misión en Vézelay (pequeño pueblo de la Borgoña sobre una colina del valle del Cure).
Allí debía entregar una carta lacrada con el sello de Jacques de Molay a Robert Pathenay, alto responsable en la dirección de la Flota Templaria, desaparecida años atrás del puerto de La Rochelle y de los puertos mediterráneos a donde alcanzaba el poder de Francia. También y por último tenía que dejar otro sobre con instrucciones secretas a un misterioso personaje: el nautonnier o gran maestre clandestino de la Orden del Priorato de Sión. Una vez cumplidos estos encargos tenia que ocuparme de la segunda y última misión que me encomendó mi maestre, para lo cual tenía que viajar a España oculto entre las caravanas de peregrinos que parten hacia Bourges y Limoges y que en su gran mayoría entran por Roncesvalles hacia Santiago de Compostela. 
 

Lo más peligroso de mi viaje sería llegar con vida a Vézelay, los soldados de rey Felipe estaban tras mis pasos, así como el entramado de espías y familiares de la inquisición. Debía ser muy prudente y no dejarme atrapar. Conmigo iban los documentos mencionados, un par de mulas y todo lo que podía necesitar en mi futura vida. Mi primera parada fue en Saint Maur des Fossés. Estaba completamente rendido y antes de que me venciera el sueño, en la gran sala del albergue de peregrinos, empecé a escribir las notas que me permiten hilvanar este relato.


No se puede decir que durmiese bien pero había descansado. Una pesadilla interminable me acompañó durante todo mi sueño y me sentí aliviado por estar despierto. Me puse a escribir después de haber tomado un poco de pan de centeno con queso viejo, y dadas las circunstancias decidí quedarme allí durante todo el día ya que parecía ser un lugar bastante seguro, cuando la tarde empezase a oscurecer tomaría mis pertenencias y me lanzaría al camino. En el momento que llegué a esta abadía fui bien recibido y pasé desapercibido durante todas las horas que estuve en su interior. Conmigo había unos viajeros que marchaban con mercancías hacia el sur y un buen número de peregrinos de San Mauro con los que me mostré distante sin mediar otras palabras que no fueran saludos de cortesía.
Había pasado mil y una fatigas y peligros durante los últimos siete años, el cautiverio de mi maestre y la de principales caballeros templarios así como las intrigas y trabajos que eso me acarreó, me habían dejado exhausto. Siempre permanecí libre gracias a que fui aceptado bajo identidad falsa en el convento de Saint Jacques de Paris, incluso fui admitido como uno más de los ayudantes en procesos contra templarios, cosa que durante este tiempo me permitió estar cerca de ellos para auxiliarlos. Tuve libre acceso a las celdas y desde un principio supe que esa era mi misión hasta que las circunstancias no indicasen otra cosa. El hábito dominico fue mi uniforme durante todo este tiempo y con gran discreción ejercí de enlace con los maestres que pasaron a clandestinidad al comienzo de las encarcelaciones. Durante todos estos años tuve informado a de Molay de las averiguaciones que se llevaron a cabo acerca de su santidad Clemente V y de las luchas y asaltos a presidios de la inquisición para liberar a nuestros freires. 

 
Cuando me quité mi hábito dominico sentí una gran liberación al abandonar un disfraz que había portado demasiado tiempo. En el suelo de mi celda quedó y de seguro que ya se habrán percatado de mi huida. En ese momento pensé que sería inmensamente feliz si pudiera vestir de nuevo mis prendas de templario, sentir el tacto de la cota de mallas, colocarme sobre el caperuz de fieltro el casco normando, ceñir mi mandoble y colocar mi capa blanca sobre el sobreveste con la insignia de la cruz templaria, pero corrían malos tiempos y duraría muy poco en el camino vestido de esa guisa. Ya solo podía hacer lo que mi superior me encomendó tres días antes de su ejecución. La suerte estaba echada y no había vuelta atrás.
La Orden debería tomar nuevos rumbos, integrarse en otras ordenes militares con más ventura o pasar a la clandestinidad, cosa que no se me había propuesto en modo alguno. Mi origen español y el conocimiento de mi tierra me permitiría agrupar a los templarios de Aragón y Castilla, a los que pudiera acceder, y trasmitirles los mensajes que el maestre de Molay me había encomendado. 
 
 
Cuando fui admitido en el temple abandoné el reino de Aragón y a mi familia, que es originaria de Urci (Almería), viven en lo que fue la antigua ciudad de Tirval, la actual Teruel, conquistada a los moros en octubre del año 1171 por el rey Alfonso II. Toda mi prole abandonó Urci junto a otras familias que huyeron con los restos de San Indalecio hacia el monasterio de San Juan de la Peña. Después de vivir en Jaca casi una centuria, parte de mi familia con mis padres y otros parientes emigraron a Teruel donde residen y se dedican al comercio de la lana. Aunque siempre hemos pertenecido a la nobleza, al abandonar nuestras tierras a los moros, toda mi familia tuvo que dedicarse a menesteres que nos permitiesen una vida sin lujos pero acomodada y confortable. 


Hace más de once años que salí de Teruel y no se nada de mis padres ni de mi hermana que tenía veinte años cuando partí hacia Peñíscola, para cumplir mi sueño de entrar en el Temple. Allí sobrábamos un buen número de caballeros y escuderos por las obras de consolidación y mejora de la fortaleza así como por un cúmulo de circunstancias y eso me hizo arribar a Chipre casi al año de haber dejado a mi familia, allí fui armado freire, caballero templario, y entré al servicio directo de Jacques de Molay.
Continuará...

Esperando la corrida

Luis Feancisco Esplá, torero alicantino.
Pastel sobre papel Canson (1989)

14 agosto, 2012

Tarta de Santigo (Dulces 2)


Tarta de Santigo

Ingredientes:
- 370 gramos de leche condensada.
- 4 huevos.
- 1 cucharadita de azúcar vainillé.
- 2 paquetitos espumosos del Tigre.
- 2 vasitos (de los del vino) de harina de almendras.
- 1 vasito (de los del vino) de harina de trigo.
- Mantequilla o aceite para el molde, que será redondo de 30 cmts de diámetro aprox.
- Azúcar glas.

Modo de hacerlo:
- Mezclar los huevos con la leche condensada en la batidora.
- Añadir los demás ingredientes y después de conseguir que quede homogéneo hornear por espacio de 30 minutos aproximadamente a 200 º.
- Cuando enfríe, espolvorear el azúcar por encima. Usar la cruz de Santiago opcionalmente.

Calorias:
Muchas pero es que..., ¡está tan buena!

Recomiendo hacer una plantilla con cruz (hay que ponerle un agarre)

Santiago peregrino

Óleo sobre lienzo (33 X 41) Copia de
"Santiago peregrino" de Juán de Flandes 
(cat.-1507/1509) Óleo sobre tabla.
Original en el Museo de las Peregrinaciones
 de Santiago de Compostela

13 agosto, 2012

SENTIMIENTOS (2)


Generalmente entro asiduamente en Facebook para tomar contacto con los comentarios que dejan algunos amigos..., más amigas que amigos. Personas que en su día quisieron acercarse a mi y pedir mi amistad en ese medio. Ciertamente que me resulta ameno leer sus reflexiones, pequeñas noticias o curiosidades que colocan en mi página.
Pero lo que me llama poderosamente la atención es percatarme de la cantidad de personas que hay, heridas en su espíritu, cosa obvia por las reflexiones que ponen y por los mensajes que dejan.
O sea que no solo yo “tengo mi alma en mi almario”, el dolor, el desamor, la insatisfacción por un daño recibido, la congoja o la sensibilidad a flor de piel es patente en muchas de esas personas a las que desde aquí muestro mi fraternidad y consuelo.
Independientemente de la causa que les provoca, o mejor..., nos provoca, ese estado de ánimo, lo que nos une sobre todo es esa sensación agridulce que embarga nuestro espíritu, por la herida que tarda demasiado en cicatrizar.
Veo la inquietud que se apodera de la mayoría, la solidaridad que nos invade hacia los que observamos inmersos en un dolor, disimulado como Dios le da a entender a cada cual. También me percato de los deseos de ayudar que todos tienen..., para poder salir de la espiral de sufrimiento. Y también soy consciente del fracaso de esta ayuda que prestamos o que recibimos..., en la mayoría de los casos.
Cierto es que lo primero que hacemos para paliar nuestro deteriorado estado de ánimo es tomar una pose de “buen rollito”, de creernos que ya hemos encontrado nuestra paz o que “... pelillos a la mar”.
Pero todos sabemos que eso no es así. Cuando menos esperamos la melancolía vuelve a apoderarse de nuestro ánimo, y los sentimientos vuelven con su carga de desesperanza.
No sé en que medida puedo llegar al ánimo de tantas personas en busca de apoyo y consuelo, así es que procuraré explicar, por encima, las circunstancias que me han permitido mirar de nuevo a la vida cara a cara.
La solución a nuestro deteriorado estado de espíritu está dentro de nosotros mismos..., no os quepa la menor duda. Lo que pasa es que no somos conscientes de ello y por otro lado, difícilmente vamos a pulsar el resorte que nos permita saltar fuera de ese estado de desesperanza.
Alguien me dijo un día que cuando la vida nos da un portazo en las narices, no quedamos hipnotizados mirando la puerta que se nos ha cerrado. Sin percatarnos de que otra puerta se ha entreabierto justo al lado para tomar un nuevo camino.
No te empeñes en abrir la puerta que la vida te cerró, Aunque consiguieras abrirla, ya nada sería como antes, déjala como está, cerrada, y dirige tu mirada a la nueva puerta que se entreabrió al lado, si quieres seguir viviendo es la mejor opción, empújala y entra en una nueva vida, sin olvidarte de que has de llevarte en la mochila solo los buenos recuerdos y experiencias. Llena tu día a día de actividades, haz lo que te gusta, relaciónate con los demás y entrégate a pasar esa nueva vida lo mejor posible.
Lucha por lo que tiene posibilidad de arreglo, pero abandona completamente lo que es imposible de solucionar. Tu vida es lo más preciado que tienes, y cuando consigas volver a vivirla en plenitud, tu entorno de familia y amigos se percatarán de ello y te trasmitirán su satisfacción porque te han vuelto a recuperar. No es verdad que “too er mundo e´h güeno” pero hay una suficiente cantidad de “buena gente” que se sentirá bien compartiendo contigo la alegria de una amistad plena y sin condiciones.
Alguien, algún día, acaso hasta puedo ser yo, te ayudará a encontrar ese resorte o interruptor que te permita saltar fuera de ese estado de ánimo, que no mejora en la medida en que desearías. Yo encontré a esa persona amiga y puedo asegurar que me faltará vida para agradecérselo.
Lo importante es levantarte y dejar de estar tirado regodeándote en tu propio sufrimiento..., y si vuelves a caer..., arriba de nuevo..., lucha por tu vida mientras siga amaneciendo. Tu eres la persona que tienes más cerca de ti y como ya te he dicho..., quiérete, porque si no te quieres tú..., ya me dirás.

12 agosto, 2012

10 agosto, 2012

Bebé contento

Retrato al pastel sobre papel Canson
 realizado en noviembre de 1982