Alguien me ha dicho hace poco, que
explique lo que es para mi el amor... El amor, a mis setenta años...
El amor es el sentimiento que mueve el
mundo...
Y no hablo del amor a los padres, que
ya no tengo..., o a los hijos que se independizaron y tienen su vida,
tampoco del amor al prójimo o a la naturaleza...
No..., hablo de amor a la mujer, a la
mujer de tu vida con la que compartes o has compartido todo lo que
has vivido..., y cuando digo amor no me refiero, a la química de las
hormonas que alimenta la pasión amorosa..., me refiero a ese
sentimiento que te envuelve y te hace vibrar, que te emociona y te
empuja a sumergirte en tus recuerdos, que te identifica o te hace
capaz de sentir emoción al leer una poesía o al escuchar la letra
de una canción...
Me quedaré con
muchas ganas de verte..., vacío y sin aliento.
Estaré
a punto de encontrarte, cuando se acabe el tiempo,
o...
Sabes...,
quisiera darte siempre un poco más de lo que te pido.
Sabes que
soñaré,-si no estás- que me despierto contigo.
Es
el sentimiento que te hace sentir dichoso o desgraciado, según pasan
por tu mente los recuerdos, pero...
Nunca se es tan dichoso, ni tan
desgraciado, como uno se imagina.
Decía Rochefoucauld que “todos
tenemos suficiente fortaleza para soportar las desgracias ajenas”,
pero..., las propias..., eso es otra cosa.
Nunca olvides que ni al sol ni a la
muerte de un ser querido, se pueden contemplar fijamente...
A lo mejor, es por eso, que dicen que
el amor está hecho de brillo de estrellas, pero...
Hace mucho que no veo brillar las
estrellas y ahora creo que he perdido interés.
Lo único que me permite seguir con el
día a día es pensar lo afortunado que he sido por compartir con mi
esposa, cuarenta y tres años de mi vida.
Alguien lo dijo antes que yo “...
mi vida empezó el día que la conocí y se acabó el día que dejó
de estar a mi lado. Lo que ocurrió antes lo he olvidado y lo que
suceda hasta que cierre los ojos para siempre, no tiene el interés o
la ilusión que me proporcionaba su presencia”
No la siento ausente sino desaparecida
y eso me provoca una mayor amargura y angustia.
Se acabó la primavera y el verano del
amor que viví a su lado..., y después de un inolvidable otoño, en
el que, al final, se fue para siempre..., ha llegado el invierno
a mi corazón.
Como
ya he dicho en alguna ocasión... Jamás olvidaré sus besos, por la
mañana, por la tarde, por la noche y a todas horas. En mi mente se
ha quedado grabado para siempre el brillo de sus ojos. En mi piel
perdurará mientra viva, la última caricia de su mano y el aliento
de su abrazo. El sonido de su voz me acompaña a donde quiera que
vaya..., y en mi corazón... Su recuerdo aviva las brasas encendidas
que dejó...
Es
totalmente imposible dejar de pensar en lo que permanentemente vive
en el corazón.
Ya
lo decía Machado “Conmigo
irás mientras proyecte sombra mi cuerpo y mi pie deje huella sobre
la tierra”,
y ¿quien soy yo para llevarle la contraria?
Estoy
de acuerdo y así será por siempre.
Vendí
el coche en el que la percibía sentada a mi lado y en éste que
tengo ahora, sigo sintiendo su presencia.
Mi
deseo más ferviente es que me pudiese dar su mano y sentir que
camina a mi lado, aunque no la vea ni pueda oír su voz.
Le habría dado la mitad de mi vida
para poder vivir algo más junto a ella, acabando nuestras vidas a la
vez...
Solo vale la pena vivir si alguien te ama
Y tú me has amado hasta la extenuación
Así es que ni la muerte nos puede separar
Al menos hasta que yo también deje de existir
y aun así he pedido que junten nuestras cenizas...
Es gratificante que muchas personas
compartan estas reflexiones y se emocionen con estos sentimientos que
aquí muestro, lo que no me gusta tanto es que esas personas sean
mayoritariamente mujeres y que sean pocos lo hombres que me
manifiesten, su capacidad de emocionarse con estas palabras.
Hoy es 7 de Abril y hace
cuatro años que mi Carmen no está conmigo.