15 diciembre, 2013
Feliz Navidad y Año Nuevo 2014
En compañia de vuestros seres queridos y en el recuerdo de los que ya no están, os deseo todo lo mejor para estas Fiestas y para el año que va a comenzar.
08 diciembre, 2013
24 octubre, 2013
El tito Teodoro
Hace
unas semanas, recibí un obsequio de unos buenos amigos. Se trata de
dos carnets, bien antiguos, que pertenecieron al tito Teodoro. Los
habían encontrado entre los papeles que tiraron los nuevos
propietarios de su casa de la calle Llana y durante años los
perdieron de vista, hasta ahora que fueron encontrados de nuevo.
Don
Teodoro Azaustre Urbán era tío de mi padre, algo bajito de
estatura, muy pulcro, que disimulaba su calvicie cubriendo el centro
de su cabeza con el pelo que aún tenia en los laterales de la misma,
(algo parecido al peinado del senador Anasagasti), también era
tartamudo a ratos, para más señas.
Cuando
fumaba, usaba la marca de cigarrillos Fetén o Antillana y también
le gustaba paladear caramelitos de menta, cosa que acentuaba su
tartamudez.
Su
padre fue Eduardo Azaustre González, de profesión zapatero, hombre
ocurrente y gracioso al que yo no llegué a conocer pero del que
recuerdo frases lapidarias como “...
si chiquillo si, yo me moriré, pero vosotros os quedaréis aquí
para pagar la contribución...”.
Su
madre era Raimunda Urbán, sorda como una tapia y que murió cuando
yo tenía nueve o diez años. Recuerdo que la sentaban a la parte de
adentro de su portal, de la calle Llana y se pasaba el rato hablando
con su reflejo en el cristal de la puerta, creyendo que hablaba con
la Virgen de la Fuensanta.
Tenía
el tito Teodoro tres hermanas, María que casó con un maestro
gallego llamado Jesús Silva y que fue maestra en Madrid, vivía en
la Plaza del 2 de Mayo y murió con casi noventa años.
Las
otras dos hermanas, que vivieron siempre en la casa paterna de la
calle Llana, se llamaban Mercedes y Angustias. La primera soltera y
la segunda se casó por poco tiempo, ya que a las pocas semanas de la
boda, su padre tuvo que rescatarla de las palizas que le daba su
marido. Eran mujeres muy cariñosas y de escasa instrucción, simples
y sencillas que agradecían muchísimo las visitas que recibían en
su casa.
El
tito Teodoro fue el que obtuvo una mejor formación en sus estudios
ya que llegó a ser catedrático, de hecho uno de los carnets que me
dieron es de su nombramiento como profesor en el Instituto en Jaén,
ciudad en la que vivió durante algún tiempo, alojándose en el
antiguo y desaparecido Hotel Rosario, al lado de la catedral.
En
vacaciones, cuando venía a Alcaudete, caminaba con frecuencia por la
carretera de la sierra y llegaba caminando hasta la fuente de
“Tildoro”
(que, según dicen algunos, es una deformación de “Astil de oro”),
o subía al Calvario, donde se manchaba de polvo rojo sus coquetos
zapatos marrones y blancos. También le gustaba vestir, para pasear
por las tardes, una pulcra blusa de pijama clásico, que sus hermanas
planchaban a diario y que adornaban con una moña de jazmines en la
solapa.
Fue
republicano convencido y además hacía gala de ello, cosa que le
acarreó, cuando acabó la guerra civil, ser depurado por el régimen
franquista. Perdió la cátedra, así como la posibilidad de seguir
trabajando en la enseñanza pública..., y menos mal que solo perdió
eso. Por ese motivo se tuvo que ganar la vida dando clases
particulares en academias privadas. Eso fue así hasta principio de
los años sesenta, que consiguió ser aceptado como profesor no
numerario en un instituto de Sevilla.
Recuerdo
que el verano de 1958 me dio clases de ciencias naturales. Iba a las
diez de la mañana a su casa de la calle Llana y allí me explicaba
los temas y me tomaba lección. Una mañana me preguntó...”A ver
Eduardito, ¿tú sabes lo que es el Saccharum
officinarum
?...”.
Como
no tenía ni idea, opté por ser jocoso y respondí..., “¿...
lo sacaron de la oficina?”. Después
de hartarse de reír, me dijo: “..., que animal, es la caña de
azúcar o también la sacarosa..., verás el pescozón que te va a
arrear tu padre cuando se lo cuente”.
Efectivamente,
recibí el pescozón y algo más.
En
los años setenta se trasladó de Sevilla a Madrid, alojándose en
casa de su hermana María e impartió clases en el instituto donde se
jubiló. Su vida transcurrió relativamente plácida hasta que fue
atropellado por un coche en la calle de San Bernardo, lo operaron de
la cadera y aunque se recuperó perfectamente, jamás abandonó el
andador que le daba seguridad.
Mi
padre que lo visitaba con frecuencia, le daba vidilla hablándole de
Alcaudete, de los olivos, del Calvario y de la Sierra Ahíllos..., o
merendando con él unas magdalenas caseras que mi madre le hacía de
vez en cuando.
Hoy
ha vuelto a estar vivo en mi mente y posiblemente en la tuya si es
que lo conociste y le has recordado.
14 agosto, 2013
23 junio, 2013
30 mayo, 2013
Dibujo para la portada de Sierra Ahíllos de Agosto 2013
26 abril, 2013
Espárragos gratinados
Los
espárragos trigueros forman parte de la gastronomía
de nuestro pueblo y gozan del reconocimiento de los gourmets más
exigentes. Su textura
crujiente y carnosa, su agradable aroma y su delicioso sabor los hace
imprescindibles a la hora de disfrutar en la mesa.
Abril
es el mejor momento para consumirlos, ya lo dice el refrán: “los
de abril para mi, los de mayo para mi caballo”, así es que
hoy, mi amigo Fermín me ha obsequiado un buen manojo.
En
tortilla o revueltos con jamón o a la plancha con un chorro de buen
aceite de oliva, unos ajos finamente picados y un poquito de perejil
picado, se convierten en un placer gastronómico al alcance de casi
todos.
Hoy
toca tomarlos gratinados..., ¡una delicia!
Ingredientes:
Un
manojo de espárragos trigueros
150
gr de setas de cardo y una cebolleta pequeña.
Unas
lonchitas de jamón, ibérico a poder ser
Unas
gambas crudas y peladas
Salsa
bechamel
Queso
Emmental rallado para gratinar
Elaboración:
Las
setas las rehogamos con una cebolleta pequeña, en aceite de oliva
virgen.
Limpiamos
los espárragos con agua y les cortamos la parte más dura. Yo los he
hervidos con agua y un puñadito de sal durante 7 minutos porque no
eran muy gruesos. Hay quien prefiere hacerlos a la plancha con un
chorro de aceite de oliva virgen extra de Alcaudete, una pizca de sal
y ajo en polvo. Para que queden crujientes hacerlos unos seis
minutos.
Una
vez hechos los espárragos, ponemos en un recipiente para horno una
cama de lonchas finitas de jamón, encima de la cual ponemos los
espárragos y encima de los espárragos ponemos las gambas crudas
peladas y las setas con la cebolleta.
Cubrimos
con la salsa bechamel que, bien podemos hacer o podemos comprarla ya
hecha.
Cubrimos
con queso rallado Emmental para gratinar.
Por
último metemos la fuente en el horno previamente calentado a unos
200 grados y gratinamos hasta encontrar el punto deseado.
Ya
solo nos queda degustar este delicioso plato acompañado de una buena
cerveza o un buen vino tinto dependiendo del gusto de cada cual.
En
total menos de media hora cocinando y nos hemos gastado muy poco
dinero teniendo en cuenta la procedencia de los espárragos y el
espectacular resultado final.
24 abril, 2013
Tortilla de espárragos trigueros
Mis queridos
amigos Conchi Aguilera y Paco Montiel se han presentado esta tarde en
mi casa para regalarme un ramillete de espárragos trigueros, que
seguramente serán de los alrededores de la Via Verde.
Sin perder tiempo
me he metido en mi cocina y he hecho esta estupenda tortilla de la
que he dado buena cuenta acompañada por un buen vino de Frailes y
unas cuantas “regañás” ya que no me quedaba pan.
Ahí va la receta:
Tortilla de espárragos trigueros
Ingredientes:
4 huevos
1 manojo de espárragos trigueros del
campo de Alcaudete
50 gr.de queso Grana Pandano rallado o
un buen queso de oveja
50 gr.de jamón ibérico picadito fino
2 cebolletas picadas
Agua, aceite y sal
Una pizca de pimienta negra
1 cucharadita de albahaca picada
Elaboración:
Poner agua salada a hervir, mientras
cortamos los espárragos con las manos hasta llegar a la parte más
dura, lavarlos lijeramente y añadirlos al recipiente de agua
hirviendo, dejándolos cocer hasta que estén casi tiernos (en mi
caso 7 min.), se escurren y se reservan.
En una sartén saltear las cebolletas
tres minutos, agregando entonces el jamón y los espárragos que se
cuecen un minuto más.
Aparte, se baten ligeramente los huevos
con el queso Grana Pandano, la albahaca, la pizca de pimienta y la
sal. Echar los espárragos en la mezcla, y seguidamente verterla en
una sartén con un poco de aceite bien caliente.
Dejar cuajar la tortilla a fuego medio
unos minutos por cada lado.
21 abril, 2013
Spaghettis a la siciliana
Esta
tarde a primera hora he comido como un obispo..., como un obispo
italiano..., siciliano para más señas.
He
comido spaghettis a la siciliana. ¡Que gozada!
INGREDIENTES
para mi solo:
100
gr de espaguetis
2
anchoas en aceite de oliva virgen extra
2
aceitunas negras partidas picaditas finas
una
cucharada de las de café al ras de alcaparras
Tres
cucharadas grandes de salsa de tomate seco, hidratado y frito.
1
diente de ajo
Un
chorrito de vino fino.
(Lo
ideal habría sido disponer de un Marco de Bartoli - Vigna la Miccia
- 5 Años
que
es uno de los mejores vinos blancos del mundo, ni más ni menos. Su
precio 42,17 €)
sal
pimienta
½
guindilla
perejil
orégano
queso
grana padano y
aceite
de oliva virgen extra
ELABORACIÓN:
Se
pone el aceite, el mío de la almazara de Fermín Enrique, a
calentar y se fríe el ajo picadito, se baja el fuego y se añaden
las anchoas picadas, las alcaparras y las aceitunas, enseguida y
teniendo cuidado no se quemen las anchoas se echa el tomate y las
especias. Se añade el vino y se deja cocer unos minutos.
Mientras
se cuecen los espaguetis en agua con sal, un ajo entero y una hoja de
laurel y se mezclan bien con el preparado anterior, pasados unos diez
minutos hirviendo.
Imprescindible
servirlos con queso Grana Padano rallado.
Para
acompañar 2 hermosas copas de vino Cortijo Balsillas de la Tierra
del Llano de Sierra Nevada, Granada. Bodegas Villagrán
07 abril, 2013
2ª Aniversario
El
moño.
… dedicado a mi
sobrina Maria
-
El
cristal de mi ventana estaba frío y al retirar mi frente de él, se
quedó una marca de vapor que desapareció lentamente mientras mi
mirada melancólica se desvanecía.
-
No me puedo quedar aquí, he de salir a tomar el aire y no debo dejar
que tristes recuerdos se apoderen de mi..., me voy a la calle.
Mientras
cierro mi puerta, intento pensar en recuerdos gratos o alegres y
cuando comienzo a caminar, calle arriba, viene a mi mente un lindo
rostro, una cara preciosa que hace muchos años que no veo.
El
rostro es redondito, la boca muy bien dibujada en la que destaca el
color casi carmesí de los labios gordezuelos, las sonrosadas
mejillas poseen esa piel perfecta que solo los bebes poseen..., y los
ojos…, ¡lindos!..., brillantes, grandes y luminosos, en los que se
ha colado toda la luz del Mediterráneo..., ese Mediterráneo que
baña los pies metálicos de los “puentes de hierro” que hay en
Almería, el Mediterráneo de mi adolescencia, el que evoco siempre
que escucho la canción de Serrat y que tiene el poder de hipnotizar
tu mirada cuando la posas en su horizonte.
En
mi mente la veo al completo, bonita y hermosa. Su corto pelo
ensortijado, sus manos juguetonas y curiosas, su cuerpo regordete
cubierto con un vestido de sedosa tela, lleno de florecillas..., sus
pies metidos en unas sandalias blancas acharoladas y..., su bulliero
continuo, su simparar...
Inquieta,
cariñosa y coqueta...
-
He pasado la Plaza y dirijo mis pasos hacia Santa María la Mayor
recreándome en estos recuerdos...
Se
llama María, como la iglesia a la que me dirijo..., ya será toda
una mujer, pero en mi mente, ahora, solo tiene unos tres o cuatro
años y está entre los brazos de su tía Carmen..., mi Carmen.
La
veo jugar con el collar que tiene ante si, concentrada y curiosa,
pasando sus deditos por las perlas grisáceas que rodean el cuello de
su tía, luego fija su atención a las orejas y se ensimisma
recorriendo con la yema de sus dedos todos los recovecos de la
piel..., después el pelo, ese pelo fino y acaramelado, entre rubio y
pelirrojo, ordenado en un sinfín de tenues ondas que muestran toda
su belleza en el perfecto y trenzado moño.
La
pequeña María llega a extasiarse metiendo sus dedos entre el pelo
mientras aplasta su pecho sobre el de su tía, roza una y otra vez su
rostro contra el de Carmen al pasar de un lado a otro de la cara,
siguiendo el movimiento de sus manos..., y Carmen aprovecha para ir
dejando suaves besos en las sienes de la niña María.
-
He llegado a Santa María y lanzo mi vista a lo lejos..., respiro
varias veces con fuerza..., para llenar mi pecho de este aire
primaveral tan limpio.
María
sigue con su faena a dos manos, con su cuerpo y el rostro pegado al
de Carmen y con los dedos que siguen amasando el pelo contra la nuca.
Carmen tiene los ojos entornados y esboza una media sonrisa dejándose
hacer.
-
¡Qué momento más precioso y tierno! Es tan bonito que no pude
dejar de mirarlo para ir a buscar una cámara de fotos..., si lo
hubiese hecho, se habría esfumado de mi vista y no lo habría
disfrutado... Hice bien..., así hoy está entre mis recuerdos... Mis
buenos recuerdos.
María,
se endereza, se recompone, abandona el interminable y laborioso
abrazo y mira con picardía a su tía, que la contempla con arrobo...
Esboza
una amplia sonrisa y dice:
-
Tía Carmen..., tienes el moño
regularcillo.
-
Hoy es domingo, siete de Abril del dos mil trece y hace dos años que
mi Carmen no está conmigo..., después de haberme acompañado
felizmente durante cuarenta y cinco años.
-
Te quiero Carmen..., y a ti también María.
05 abril, 2013
31 marzo, 2013
07 marzo, 2013
Nostalgia de Alcaudete
Alcaudete en la mirada
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