02 febrero, 2010

¿Dónde estará Gabriel Rojas Solís?

IMÁGENES,"Buscando la mirada"

La tarde empieza a decaer, la tarde es de un día cualquiera del año dos mil dos, la tarde es agradable en este patio interior de una casa de la calle Llana.
Somos cuatro hombres alrededor de una mesa; uno de los cuatro, canta con voz monocorde y soniquete cadencioso:

Aprieta el paso María
si a tu Hijo quieres ver
tres horas faltan “pal” día
tres horas faltan “pal” día
y ya empieza a amanecer
Viva Jesús Nazareno


Este hombre es Gabriel Rojas Solís, o ¿acaso es “San Dimas”?.
Lleva cincuenta y cinco años saliendo en Semana Santa, representando la figura de San Dimas y no necesita “el rostrillo”, todas las personas de mi edad, no recuerdan otro Dimas que no sea él.
Cuando tenia ocho años, allá por el mil novecientos cuarenta y seis, un pariente suyo, Fernando, que estaba de zapatero con Federico Porras le traspasó las ropas y los “avíos” del mal ladrón.
Un tío suyo que hacía de Dimas, durante un desfile procesional, le traspasó la personalidad del buen ladrón y desde ese momento ha sido y se ha sentido Dimas. Hombre humilde y sencillo se emociona reiteradamente, mientras cuenta y no para, sus vivencias ligadas a la Semana Santa de Alcaudete y su historia, que él dice conocer de boca de Antonio Sarmiento, el que es suegro de Paco Osuna.
¡Gabriel come!, ¡Gabriel bebe! ..., Gabriel habla sin parar, canta los “pregones”, recita y explica, filosofea sobre lo antiguo y lo nuevo, y dos lágrimas afloran a sus ojillos tristes de vez en vez.

Viva Jesús Nazareno
...Viva Jesús Nazareno
repetimos los que le entrevistamos.

Gabriel es hijo de apóstol, a “Santiago el Mayor” llego a ser su padre, después de ser apóstol durante cuarenta y dos años se fue de este mundo dejando solos a su mujer y a su hijo Gabriel, (o ¿acaso es “San Dimas”?). Se llamaba Julián Rojas Expósito y no pudo llegar a ser San Pedro, porque Manolico Moreno, “el panaero” tuvo vida mas larga que él.
Cuenta Gabriel que el rostrillo de su padre, fue la cara de Jesús, cuando un hombre lo representaba en Paso Viviente que se hacía “en un rincón de la Plaza, donde estaba Correos, junto a las escalerillas del Alcaudetejo, hace muchísimos años”.
Su madre “Bernardina”, pero que en realidad se llamaba Maria Ángeles, y él, han vivido en la calle Baja, hasta que hace catorce años lo dejo solo, quizás para reunirse con su hombre, el que fue devoto representante de Santiago el Mayor.
Gabriel está solo, cuida de si mismo y de sus aves en la casa de toda su vida; tiene un hermano por tierras de Cataluña, unas primas y algún que otro pariente, pero está solo; bueno solo no, tiene a San Dimas, todos tenemos Ángel de la Guarda, pero él tiene a San Dimas.
“...que correoso estás, no te pones viejo” le dicen, “será porque San Dimas cuida de mi”, contesta Gabriel, “Nunca he querido recogerme con una mujer, sabe usted, la mujer tira para si, por no dejar solos a mis padres, y ahora ya es tarde, soy mayor y el miedo a si doy un mal golpe me retiene mucho”.

Al llegar Jesús al Calvario
Ve a Dimas con gran pena
Y le dice: tu no sientas
Que tu dicha será buena
Ya sabes lo que te digo
Mañana serás conmigo
Dimas en el Paraíso
Viva Jesús Nazareno

...Viva Jesús Nazareno
, respondemos.

El Paso viviente de Dimas, Gestas y el soldado romano, pertenece a la Antigua e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Columna, Santísimo Cristo de la Expiración y Santísima Virgen de la Amargura.
Esta pasada Semana Santa y en la puerta de Santa Clara, mientras salía el Cristo de la Columna, “San Dimas” se quejaba de no tener romano que sujetara a los dos ladrones; el que estaba previsto falló y Gabriel no dormía ni comía de la preocupación, al final se solucionó el problema y respiró tranquilo.
Recuerda cuando el capitán romano los llevaba a la cárcel de la calle Santa María, y cuando los sacaban al paso el Señor.
Recuerda y recuerda, antes era mejor, “...la gente joven de hoy no quiere sujetarse, sabe usted”.
Los pregones se pueden perder, la gente joven no se los saben y deberían aprendérselos para que no se pierdan, se angustia ante tal posibilidad y recaba la ayuda de “gente principal“.
Hemos pasado cinco horas de charla, cinco horas en el medievo, hemos aprendido mucho de un hombre humilde, un hombre de una fe ciega y férrea, que cree a pies juntillas las historias y leyendas que nos cuenta; que siente la importancia de su papel y que se duele de abandonar al Señor en la procesión.
“Pero hombre, ¿cómo vamos a dejar solo al Señor?”
“Gestas, al Señor con lo bueno que es y los milagros que hace, lo van a crucificar, imagínate lo que nos van a hacer a nosotros, con el interés que nos tienen”


Texto y Dibujo de Eduardo Azaustre Mesa

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