Generalmente
entro asiduamente en Facebook para tomar contacto con los comentarios
que dejan algunos amigos..., más amigas que amigos. Personas que en
su día quisieron acercarse a mi y pedir mi amistad en ese medio.
Ciertamente que me resulta ameno leer sus reflexiones, pequeñas
noticias o curiosidades que colocan en mi página.
Pero
lo que me llama poderosamente la atención es percatarme de la
cantidad de personas que hay, heridas en su espíritu, cosa obvia por
las reflexiones que ponen y por los mensajes que dejan.
O
sea que no solo yo “tengo
mi alma en mi almario”,
el dolor, el desamor, la insatisfacción por un daño recibido, la
congoja o la sensibilidad a flor de piel es patente en muchas de esas
personas a las que desde aquí muestro mi fraternidad y consuelo.
Independientemente
de la causa que les provoca, o mejor..., nos provoca, ese estado de
ánimo, lo que nos une sobre todo es esa sensación agridulce que
embarga nuestro espíritu, por la herida que tarda demasiado en
cicatrizar.
Veo
la inquietud que se apodera de la mayoría, la solidaridad que nos
invade hacia los que observamos inmersos en un dolor, disimulado como
Dios le da a entender a cada cual. También me percato de los deseos
de ayudar que todos tienen..., para poder salir de la espiral de
sufrimiento. Y también soy consciente del fracaso de esta ayuda que
prestamos o que recibimos..., en la mayoría de los casos.
Cierto
es que lo primero que hacemos para paliar nuestro deteriorado estado
de ánimo es tomar una pose de “buen rollito”, de creernos que ya
hemos encontrado nuestra paz o que “... pelillos a la mar”.
Pero
todos sabemos que eso no es así. Cuando menos esperamos la
melancolía vuelve a apoderarse de nuestro ánimo, y los sentimientos
vuelven con su carga de desesperanza.
No
sé en que medida puedo llegar al ánimo de tantas personas en busca
de apoyo y consuelo, así es que procuraré explicar, por encima, las
circunstancias que me han permitido mirar de nuevo a la vida cara a
cara.
La
solución a nuestro deteriorado estado de espíritu está dentro de
nosotros mismos..., no os quepa la menor duda. Lo que pasa es que no
somos conscientes de ello y por otro lado, difícilmente vamos a
pulsar el resorte que nos permita saltar fuera de ese estado de
desesperanza.
Alguien
me dijo un día que cuando la vida nos da un portazo en las narices,
no quedamos hipnotizados mirando la puerta que se nos ha cerrado. Sin
percatarnos de que otra puerta se ha entreabierto justo al lado para
tomar un nuevo camino.
No
te empeñes en abrir la puerta que la vida te cerró, Aunque
consiguieras abrirla, ya nada sería como antes, déjala como está,
cerrada, y dirige tu mirada a la nueva puerta que se entreabrió al
lado, si quieres seguir viviendo es la mejor opción, empújala y
entra en una nueva vida, sin olvidarte de que has de llevarte en la
mochila solo los buenos recuerdos y experiencias. Llena tu día a día
de actividades, haz lo que te gusta, relaciónate con los demás y
entrégate a pasar esa nueva vida lo mejor posible.
Lucha
por lo que tiene posibilidad de arreglo, pero abandona completamente
lo que es imposible de solucionar. Tu vida es lo más preciado que
tienes, y cuando consigas volver a vivirla en plenitud, tu entorno de
familia y amigos se percatarán de ello y te trasmitirán su
satisfacción porque te han vuelto a recuperar. No es verdad que “too
er mundo e´h güeno” pero
hay una suficiente cantidad de “buena gente” que se sentirá bien
compartiendo contigo la alegria de una amistad plena y sin
condiciones.
Alguien,
algún día, acaso hasta puedo ser yo, te ayudará a encontrar ese
resorte o interruptor que te permita saltar fuera de ese estado de
ánimo, que no mejora en la medida en que desearías. Yo encontré a
esa persona amiga y puedo asegurar que me faltará vida para
agradecérselo.
Lo
importante es levantarte y dejar de estar tirado regodeándote en tu
propio sufrimiento..., y si vuelves a caer..., arriba de nuevo...,
lucha por tu vida mientras siga amaneciendo. Tu eres la persona que
tienes más cerca de ti y como ya te he dicho..., quiérete, porque
si no te quieres tú..., ya me dirás.
1 comentario:
Eduardo, muy bueno y positivo,ojala lo lean personas que lo necesiten, y les sirva de ayuda.
En esta foto que te has puesto ahora, estás mejor que en la otra.
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